El Gobierno de Castilla-La Mancha comienza los trabajos de elaboración del Plan Estratégico para el Desarrollo Energético de Castilla-La Mancha, Horizonte 2030 en mayo de 2019, con la formalización de un contrato para su redacción con la empresa Azigrene Consultores SL, por importe de cerca de 68.000 euros.
En octubre de 2020 se emite el documento de alcance para la elaboración del estudio ambiental estratégico del Plan.
Durante 2021, se llevan a cabo el período de información pública sobre el borrador inicial y el estudio ambiental estratégico, documento marco de carácter técnico e instrumento estratégico para la implementación del mandato contenido en la Ley 1/2007, de 15 de febrero, de Fomento de las Energías Renovables e Incentivación del Ahorro y Eficiencia Energética en Castilla-La Mancha, que recoge los objetivos regionales, alineados con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021- 2030 del Gobierno de España que contempla, entre otras cosas, potenciar el fomento de energías renovables con especial impulso al autoconsumo, la eficiencia energética y la movilidad sostenible.
El Plan y su Estudio Ambiental Estratégico fueron objeto de información pública mediante Anuncio de 22 de julio de 2021, siendo objeto simultáneamente de consulta a las entidades afectadas, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 23 de la Ley 2/2020, de 7 de febrero, de Evaluación Ambiental de Castilla-La Mancha.
El 17 de enero de 2022 se remitió el expediente completo del plan y el Estudio Ambiental Estratégico a la Dirección General de Economía Circular a efectos de emisión de la declaración ambiental estratégica.
El 24 de mayo de 2022 se aprobó en Consejo de Gobierno.
El 2 de junio de 2022 se publicó en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha mediante Resolución por la que se da publicidad al Acuerdo de Consejo de Gobierno que lo aprueba y ese mismo día lo presenta el presidente de Castilla-La Mancha.
El Plan Estratégico para el desarrollo energético, horizonte 2030 contempla inversiones cercanas a los 20.000 millones de euros y la creación de cerca de 9.000 empleos al año en su desarrollo inicial, que pueden llegar a convertirse en 16.000 empleos al año llegado 2030, además de lograr la reducción de un 38 por ciento de las emisiones de CO2 asociadas al consumo de energía. Está integrado por dos programas y seis grandes líneas con diferentes medidas para su aplicación, que persiguen potenciar los activos energéticos de Castilla-La Mancha ampliando y mejorando sus redes de transporte y distribución para acoger el incremento de potencia renovable instalada y facilitar la exportación de la misma. Entre los impactos sociales beneficiosos cabe destacar el efecto tractor del empleo y el impacto positivo sobre la salud de la ciudadanía con la implementación de acciones que mitigan el cambio climático.
Castilla-La Mancha es referencia nacional en el desarrollo de las energías renovables, con el 79 por ciento de su mix energético procedente de las mismas.