Priorizaremos, en el ámbito de la formación, a aquellas personas que cuentan con mayores dificultades para acceder a un empleo: personas en situación de exclusión social, jóvenes en desempleo sin cualificación profesional, personas desempleadas de larga duración, mayores de 50 años, mujeres víctimas de violencia de género y personas migrantes o con condición de refugiadas a través del arraigo formativo, así como personas con discapacidad, para quienes estableceremos una fase de acompañamiento que garantice su mejor adaptación.