El Gobierno de Castilla-La Mancha lleva a cabo una política tributaria progresiva frente a la regresiva aplicada en la anterior legislatura. Así, en la ley de Medidas Administrativas para 2016 se recogen bonificaciones al Impuesto de Sucesiones y Donaciones y baja un punto el tipo reducido del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales para que ambos tributos tengan un carácter más progresivo y solidario.
De esta forma, respecto al Impuesto de Sucesiones, el 98% de la población castellano-manchega que debería pagar este tributo queda exenta de abonarlo. Respecto al Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) recomendó modificar a Castilla-La Mancha, con la nueva ley el tipo reducido de este impuesto baja del 7 al 6%, lo que afecta principalmente a la transmisión de la vivienda habitual.
Tras estas modificaciones de carácter progresivo, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha mantenido la congelación fiscal en los presupuestos de 2017 y 2018, cumpliendo su compromiso con los agentes sociales y económicos de no subir la presión fiscal en la región.