Castilla-La Mancha muestra su oposición al Plan del Júcar, tanto en el Consejo del Agua de la Demarcación del Júcar, como en el Consejo Nacional del Agua; y lo hace porque lo contemplado en este Plan no garantizaba los suficientes recursos hídricos para el adecuado desarrollo de la industria agroalimentaria en Castilla-La Mancha.
En esta misma línea de defensa de los caudales ecológicos de la cuenca del Júcar, el Gobierno de Castilla-La Mancha muestra su oposición a la posibilidad de construcción, por parte del Gobierno de España, de un acueducto para trasvasar agua del río Júcar al Vinalopó.
En la última reunión del Consejo Nacional del Agua se han aprobado las nuevas líneas límite del Júcar, en la dirección solicitada por esta Consejería.